domingo, 7 de noviembre de 2010

El síndrome de Hermegínedes

No sé como decirlo pero... tengo el síndrome de Hermegínedes. Vale, no es que me lo haya dicho un médico, pero yo me conozco a mí mismo y, sin caer en la hipocondría, sé que lo tengo.

Mucha gente se preguntará en qué consiste este síndrome e incluso los más curiosos buscará información hasta de Hermegínedes, pero hay demasiados pocos casos reconocidos, de hecho, tan sólo se conocen los casos de Hermegínedes y el mío, y nadie se ha molestado en recopilar información para subirla a Internet.

Es curioso lo que hace la ignorancia, la gente que me ve no hay excepción que no diga o piense, qué espécimen tan raro, nunca había visto a alguien así, y claro, cómo pueden imaginar que sea por culpa de esto.

La cuestión es... ¿Cómo definirlo sin utilizar términos lingüísticos-médicos abstractos subyacentes? Porque ver se ve, salta a la vista. Y visto lo visto, no se necesitaría más explicaciones por ser evidente.

Pero la gente tiene la manía de teorizar todo con la excusa de que es para que las cosas se entiendan mejor. ¡Eso es falso! Qué ganas tiene el mundo de complicarse. Que la gente quiere conocer el síndrome de Hermegínedes que venga y me vea, seguro que lo entiende rápidamente. Que quiere complicarse, pues que empiecen a definir ellos.

Bueno, después de que ya he aclarado un poco este tema me he cansado de escribir. Si queréis saber más de este síndrome lo buscáis en los libros de medicina, ¿vale?

PD: Si buscáis información sobre Hermegínedes no os equivoquéis de hombre, ¿eh? Ya os digo que vivió en Grecia sobre el s.II A de C y no era el panadero del pueblo, sino el que era tan rarito...